Franja negra, 1974

José GUERRERO (Granada, 1914 - Barcelona, 1991)
- Óleo sobre lienzo -
132 x 106 cm

José Guerrero se integró plenamente en el campo de acción de la segunda generación de la Escuela de Nueva York a partir de su llegada a esta ciudad en 1950. Allí conoce a pintores como Mark Rothko, Robert Motherwell o Franz Kline, y expone, desde 1954, en la galería Betty Parsons. En esta etapa, y hasta su regreso definitivo a España en 1965, Guerrero redefine su pintura, abandona por completo la figuración inicial y se integra en el contexto norteamericano. Una década más tarde, la obra de Guerrero era recibida con cálida admiración por una joven generación de pintores, como Miguel Ángel Campano, Pancho Ortuño, Manolo Quejido o Alfonso Albacete, y críticos como Fernando Huici y Juan Manuel Bonet; esa acogida culminaría en la exposición antológica organizada en 1980 por el Ministerio de Cultura. En 1985, Guerrero recibió la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes. En 1994, tres años después de su muerte, tuvo lugar una gran retrospectiva de su obra en el MNCARS.

Franja negra se encuadra en la serie Fosforescencias, iniciada en 1970, fecha a partir de la cuál su pintura se hace más estructurada.

La idea de esta serie surge, como Guerrero solía contar, de una caja de cerillas que el artista tuvo en sus manos durante un vuelo de Nueva York a Estocolmo. Cuando las primeras Fosforescencias se exponen en 1970 en Nueva York, el riguroso crítico Clement Greenberg las saluda como cuadros que "dicen algo claro y personal". Son pinturas donde el artista ha abandonado la gestualidad de los años cincuenta y primera mitad de los sesenta en favor de una expresión basada exclusivamente en los campos de color. (Texto de Guillermo Solana Díez, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, pág. 388).