Alfonso XIII, Rey de España, 1909 - 1911

Luis MENÉNDEZ PIDAL (Pajares, Asturias, 1861 - Madrid, 1932)
- Óleo sobre lienzo -
212 x 128 cm

Alfonso XIII, hijo póstumo de Alfonso XII y su segunda mujer, María Cristina de Habsburgo-Lorena, nació en Madrid en 1886, siendo proclamado Rey ese mismo día bajo la Regencia de su madre. Al cumplir los 16 años juró la Constitución de 1876 y pasó a ejercer ya como Rey confirmando en el poder a Sagasta. En 1906 casó con la Princesa Victoria Eugenia de Battemberg, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra. Ese mismo día, en el regreso de la ceremonia estando ya cerca de Palacio, sufrieron un atentado del que salieron ilesos aunque hubo muchos muertos entre el público que presenciaba el paso de la comitiva regia.

Este trágico suceso marcó el futuro del reinado que estuvo lleno de problemas y tensiones, agudizados por la implicación del joven monarca en los continuos cambios de gobierno que supusieron no sólo el agotamiento, por viciado, del sistema ideado por Cánovas y Sagasta sino también el descrédito de la propia institución monárquica. Los reveses bélicos en África, la desintegración e ineficacia de los partidos tradicionales, la agitada situación social, el descontento del ejército y la mala situación económica movieron a Alfonso XIII a apoyar el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923). La Dictadura en principio arregló algunos de los problemas planteados, en especial el militar y el económico, pero su coste social y político fue enorme pues en su caída arrastró al propio monarca que tras el triunfo republicano en las grandes capitales en las elecciones municipales de 1931 abandonó España para no regresar ya nunca más. Murió en roma en 1941 mientras la Reina Victoria Eugenia lo hacía en Lausana en 1969.

En este retrato del Rey el pintor asturiano, selecciona no sólo el mejor lugar -en este caso uno de los más distinguidos del Palacio Real, el salón de Carlos III- sino también el uniforme de Gran Gala de Capitán General de Infantería del Rey.

Alfonso XIII está colocado delante de la ventana, destacándose sobre la penumbra del fondo su figura en marcial posición de descanso. Gracias al recurso velazqueño del doble punto de vista la figura gana en prestancia, solemnidad y esbeltez ocupando prácticamente todo el espacio. (Extracto del texto de Jesús Gutiérrez Burón, dentro del libro "El Arte en el Senado", editado por el Senado, Madrid, 1999, págs. 212 y 213).